Un silencio incómodo rodea las instalaciones castrenses de Iquique tras la denuncia de una funcionaria: su hija de 11 años habría sufrido tocamientos indebidos por un empleado de aseo durante el megaapagón nacional. La Fiscalía de Tarapacá ya activó protocolos con la Brisex para investigar este crimen que aprovechó las sombras del colapso eléctrico.
Mientras el Juzgado de Garantía evalúa medidas cautelares, surgen preguntas incómodas: ¿Cómo se garantiza la seguridad en recintos militares? La ironía es palpable: el mismo apagón que paralizó al país ahora ilumina fallas sistémicas. Las autoridades prometen celeridad, pero la mancha en la institución ya reverbera.