El brazo en alto, palma hacia abajo, reaparece en escena: Steve Bannon, Eduardo Verástegui y Elon Musk protagonizan la polémica encendida. Durante la CPAC en Washington, el exasesor de Trump y el actor mexicano ejecutaron el gesto, replicando a Musk en enero. ¿Simple provocación o guiño ideológico?
Expertos como Miguel Urrutia (U. de Chile) lo tienen claro: “Es una evocación nazi, no hay duda”. Bannon cerró su discurso con un “¡Luchen!” y el saludo, mientras Verástegui lo defendió como “cariño”. Claire Aubin (UC Davis) recuerda: “Hitler y Mussolini usaron este mismo símbolo”.
La tensión llega hasta la ultraderecha europea: Jordan Bardella (Reagrupamiento Nacional) canceló su participación tras el escándalo, denunciando “referencias nazis inaceptables”. Urrutia advierte: “Buscan parecer profundos, pero solo reviven fantasmas”. ¿Moda pasajera o síntoma de una estrategia para normalizar símbolos del horror?