La ministra Carolina Tohá selló en La Paz un controvertido protocolo para devolver migrantes irregulares que cruzan la frontera norte. ‘Esto ratifica que nuestras leyes se cumplirán, incluso con personas de otras nacionalidades que intenten violarlas’, declaró, mientras críticos cuestionan el timing del acuerdo.
El convenio llega en plena crisis migratoria, con militares desplegados y un polémico proyecto de expulsiones aprobado en el Congreso. Mientras, la tensión con Venezuela –que cortó relaciones tras críticas de Boric a Maduro– complica las deportaciones de ciudadanos ven.
En paralelo, Chile y Bolivia avanzan en la homologación de licencias de conducir, facilitando trámites para trabajadores transfronterizos. ¿Gestión coordinada o parche ante una crisis que sigue escalando?